En la década de los 80 un grupo de profesionales de diversas áreas, liderados por el psicólogo Miguel de Zubiría Samper y su esposa, la psicopedagoga Georgie Ragó De Zubiría, se reúne periódicamente para reflexionar acerca de sus percepciones y preocupaciones en el área de la pedagogía un tema que a todos apasiona, pese a las muy diversas líneas profesionales allí presentes.
Esta preocupación, junto con otros hallazgos derivados de investigaciones llevadas a cabo durante este periodo, estimuló enormemente en este grupo el interés en encontrar caminos de replanteamiento a los esquemas educativos tradicionales.